Como la mayor parte de las sociedades de la época, los griegos creían en muchos dioses, cada uno de ellos representaba una virtud o un defecto específico que los diferenciaba de los demás. La explicación que se tenía para todo lo que ocurría cotidianamente, era la voluntad de los dioses. Las cosas no ocurrían por la decisión humana, sino que ésta era intervenida por el deseo divino.
Esta visión se aprecia con claridad en La Iliada, donde es posible observar a los dioses decidiendo los acontecimientos, las victorias y las derrotas. Funcionan dentro de una lógica de pasiones humanas, pelean y discuten a la hora de favorecer a los protagonistas del bando aqueo o troyano.
Para los griegos, los dioses eran versiones de su humanidad, tenían un cuerpo de similares características, no eran perfectos y continuamente era posible observar entre ellos envidias, celos, arrogancia,vanidad, egoísmo y desapego. Sin embargo, se diferenciaban de los hombres por su inmortalidad y porque no envejecían ni enfermaban.
De acuerdo a la tradición griega, en el comienzo de la historia del mundo existía Caos, de quien sugió la primera generación de titanes que comenzó con Urano (el cielo) quien junto a Rea dieron vida a Cronos (el tiempo) y a Gea (la Tierra).Cronos destronó a su padre y devoró a sus hijos para evitar que una vez que se hicieran adultos le hicieran lo mismo a él. Pero no pudo impedir que uno de sus hijos se salvara, Zeus, quien destronó a su padre y salvó a sus hermanos Hades, Poseidón, Hera, Deméter y Hestia abriendo el estómago de su padre. Así surgió el dios más importante del Olimpo y la generación de dioses que lo acompañaron.
De la generación original de dioses surgieron muchos otros dioses, semidioses y héroes cuyas hazañas se mantienen hasta nuestros días, como es el caso de Aquiles.
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